El presente ensayo sobre el Teatro Latino se ha dividido en varias partes. En la primera se realizó una introducción general, y se describió a
sus protagonistas; en esta segunda veremos como era el edificio teatral romano y los
géneros teatrales. Dejamos para más adelante los autores y sus obras.
EL EDIFICIO TEATRAL ROMANO
Al principio
no existían teatros estables en Roma, y los actores acudían allí donde se
celebraba cualquier fiesta. No había teatros en edificios permanentes eran
simples tablados provisionales. Los espectadores estaban de pie o en graderías
de madera. Los primeros teatros aparecieron en el siglo III a.C., pero eran
estructuras provisionales de madera levantadas para cada ocasión instalados en
un rincón de una plaza, cerca de algún templo. El teatro constaba de
tablados provisionales que adoptaban las dimensiones de un escenario,
llamado pulpitum, no poseía telón ni decoración. En la realidad una
tarima alargada, de madera, con un telón detrás (siparium). Posteriormente
se le agregó una barraca, también detrás y también de madera, con tres puertas.
Esta barraca, un elemental camarín para los actores, “se convirtió en un lugar
profano donde el actor se preparaba y se disimulaba antes de entrar a escena.
Delante del pulpitum se extendía un espacio con forma semicircular y
detrás de éste existía un lugar desde donde el público observaba la obra.
Durante muchísimo
tiempo, los teatros son edificios provisionales, que se construyen y luego se
derriban. Y esto ocurre no solo cuando son de madera, sino también, cuando se
comienzan a fabricar de piedra y mármol. Como
el teatro que hizo construir el edil Scauro 109 en el 60 a.C.,
que era capaz de albergar ochenta mil personas, y fue derribado apenas un mes
más tarde.
El primer teatro de
piedra romano que se conservó en pie, sin ser destruido luego, fue levantado
entre los años 55-52 a.C., a pedido de Pompeyo, con una capacidad de 20.000
espectadores quien quería celebrar con ello sus grandes victorias militares.
Más tarde, ya en plena época del Imperio, Nerón lo hizo dorar por entero.
Incendiado varias veces, fue reparado por los emperadores de turno. Poco
después de la decisión de Pompeyo, Augusto hizo erigir otros
dos teatros, el teatro de Marcelo, para catorce mil
espectadores, ubicado en el Campo de Marte (que aún existe, como
reliquia), y el teatro de Ballo, para siete mil espectadores,
espléndido por los ornamentos y sus cuatro columnas de ónix, situado a orillas
del Tíber.
Los teatros de
piedra y mármol mantuvieron como base para el desplazamiento de los intérpretes
un escenario denominado proscaenium, heredero del proskenion
griego pero de dimensiones más imponentes, de tal modo que invadía buena parte del
círculo de la orchestra y se extendía de extremo a extremo del edificio. El pulpitum,
el tablado total del proscaenium, era de una profundidad
sensiblemente superior al de su homólogo griego.
Se especula que en estos teatros romanos se comenzó a usar el telón para marcar el comienzo y el fin de la representación.
Los teatros fueron
construcciones verdaderamente monumentales, pues buscaban el impacto visual de
los asistentes, recreando una fachada de gran altura, dos o tres pisos, con
columnas y balaustradas.
PARTES DEL TEATRO
SCAENAE FRONS O FRENTE DE LA
ESCENA
El escenario romano
disponía de un decorado fijo, la scaenae frons, que simulaba una
estructura arquitectónica. Generalmente estaba compuesta por dos pisos de
columnas y estatuaria.
PROSCENIUM O PROSCENIO
Era el lugar más
elevado donde tenía lugar la representación teatral situado delante de la scaenae
frons.
ORCHESTRA O PLATEA
Núcleo central de
la circunferencia alrededor del proscenium reservada a
personalidades. Allí se ubicaba el altar.
CAVEA O GRADERÍO
La cavea era el
graderío del teatro, partido a su vez por los pasillos de acceso o aditus y
cuyos acomodamientos concéntricos estaban reservados para los diferentes
estamentos sociales.
IMMA CAVEA O PRIMA CAVEA
Era para la aristocracia,
senadores y équites. El público de esta zona era la alta sociedad de la época
y, por lo general, solo hombres, aunque en algunas ciudades se admitían a
mujeres, también de alta alcurnia.
MEDIA CAVEA
En ella se ponía la
plebe, el público en general y los forasteros varones. En caso de que el teatro
no tuviese unas dimensiones suficientes para la construcción de la summa
cavea, también las mujeres y niños asistían a las representaciones en
esta zona.
SUMMA CAVEA
Destinada a las
mujeres, los niños y los esclavos. La disposición de la cávea garantizaba la
buena audición, aunque también se colocaban a ciertos niveles unos reflectores
cóncavos de cerámica que reflejaban el sonido.
VELUM O TOLDO
Una gran tela de
lona o velum movida por cordajes y poleas podía cubrir la grada para
proteger a los espectadores del sol.
VOMITORIA O VOMITORIOS
Las entradas a
la cavea desde el exterior. Los accesos a las gradas se
hacían por debajo, utilizando una red de galerías cubiertas
o vomitorias.
VALVAE O PUERTAS
Las valvae
eran las tres puertas que comunicaban la scaenae con la plaza porticada
posterior del teatro. La central se llamaba valva regia y las
dos laterales valva hospitalarium.
LOS GÉNEROS DEL TEATRO LATINO LA FABULA TOGATA
Para unos, surge después de Terencio por agotamiento de la palliata. Para otros, es contemporánea de ésta y constituye o bien una reacción nacionalista contra lo griego, o bien un deseo de atraer al público, ofreciéndole obras en las que el elemento romano era total (asunto, personajes y lugar de acción).
Dos autores importantes tuvo la togata: Titinio y Afranio. Del primero, tal vez contemporáneo de Plauto, con el que tiene semejanzas de lenguaje y de situaciones, nos quedan quince títulos y algo menos de doscientos versos. Del segundo, mucho más prolífico y que vive después de Terencio, tenemos más de cuarenta títulos, alusivos a profesiones y problemas sociales y familiares muy diversos.
La togata gozó de un éxito pasajero. Tal vez, porque no supo despegarse de la palliata y repitió situaciones y personajes de ésta.
TRAGEDIA
En las tragedias se exponían todas las pasiones humanas: los miedos, la ambición, la culpa, el heroísmo, la fatalidad y la osadía de los que pretendían rebelarse de su destino impuesto; siendo sus protagonistas generalmente, reyes, héroes o semidioses.
La tragedia romana es, sin duda alguna, una adaptación al latín de tragedias y de temas mitológicos de molde griego. Aunque la mayor parte de las obras dramáticas que nos han llegado están basadas en originales griegos, la libertad en el trabajo de adaptación es total. Los autores latinos no sólo introducen situaciones nuevas y referencias a su momento histórico, sino que también utilizan en una misma obra argumentos de distintos originales griegos e incluso escenas de autores distintos. Este procedimiento se conoce con el nombre de contaminatio y es particularmente visible en las obras de Plauto y Terencio.
La tragedia romana tenía en Eurípides el modelo fundamental. El coro es una especie de comparsa con un locutor, y la danza ha desaparecido, si bien abundan las partes cantadas, monódicas y corales. Siempre hay una intención moralizadora. Los temas principales son: el destino y las consecuencias de las acciones arbitrarias.
FABULAE CREPIDATA O COTURNATA
Tragedia romana de tema griego. Se caracterizaba porque los actores usaban el coturno o bota alta característica de los actores trágicos griegos. Estos zapatos de madera estilizaban y daban más altura al actor y hacían que este sobresaliese del coro.
Además creaban una proporción más armónica del cuerpo del actor con la máscara y permitían que se viese mejor. En Roma el calzado especial que solamente se utilizaba en las tragedias se llamaba crepida y creaban un efecto psicológico en el público que aumentaba catarsis. Para la escenificación de la escenificación de las comedias se usaba un calzado llamado soccu.
FABULAE PRAETEXTA
Tagedia romana cuyo tema se basa en la leyenda o en la historia romana. Toma el nombre de la toga orlada que llevaban los hombres ilustres en Roma.
Tagedia romana cuyo tema se basa en la leyenda o en la historia romana. Toma el nombre de la toga orlada que llevaban los hombres ilustres en Roma.
EL MIMO O FABULA PLANIPEDIA
Conocido en Roma con el nombre de fábula planipedia, porque los actores entraban en escena a pie plano, es decir, descalzos. Representa escenas reales de la vida cotidiana. Los actores hombres (archimimus) y mujeres (archimima), a diferencia del resto de representaciones dramàtiques no usan coturnos ni máscaras, por lo que es muy importante el gesto facial tiene unos personajes fijos: Stupidus (el imbécil), Sannio (el "que hace muecas"). El público tiene el derecho de ver las mimas desnudas al final de la representación. En general sus actores son despreciados por la clase culta de Roma.
Los mimos se encargaron ampliamente a los intereses del vulgo, ampliando los límites de los asuntos y mezclando sin ninguna preocupación ética los temas mitológicos con el tratamiento jocoso de la infidelidad conyugal. La obscenidad se reforzaba con la integración de mujeres pecaminosas que, como ya dijimos, solían desnudarse en escena.
PANTOMIMA
Pocos años antes del comienzo del Imperio la tradición del teatro textual se va extinguiendo. Se va a crear la pantomima romana, semejante al mimo de los orígenes, pero dotada de contenido mitológico en muchos casos. Se escenifica sin palabras un relato mitológico. La pantomima latina, que se consolida a partir del reinado de Augusto y alcanza su momento de esplendor durante los siglos I a V d. C., consiste en la representación danzada de un solo bailarín que, ataviado con una máscara muda, mima el contenido.
En la interpretación de la pantomima concurrían tres artes diferentes: el canto, la música y la mímica. Se llegó hasta formar un coro y una orquesta de varios instrumentos. El mimo estaba sólo y su tarea no era fácil, pues llevaba una máscara, que cambiaba según se iban sucediendo los distintos personajes que interpretaba: joven, anciano, esclavo... La mímica del rostro se suprimía por la máscara y debía recurrir a la expresividad del resto del cuerpo, que se concentraba sobre todo en los pasos, en la actitud y muy especialmente en los gestos convencionales o codificados de manos y dedos.
La pantomima se plantea como una alternativa a la tragedia clásica: con la combinación de gestos miméticos y danzas virtuosas este nuevo género pretende representar los caracteres y las emociones de los personajes del repertorio mitológico.
Las actuaciones de pantomima podían variar de un lugar a otro, dependiendo de los medios económicos o del gusto específico de cada región.
Los bailarines eran, casi siempre, varones, algunas mujeres tuvieron también la posibilidad de participar en la representación de estas obras como solistas, acompañantes, miembros de un amplio cuerpo de baile o, al menos, como artistas encargadas de los entreactos.
La pantomima no narra, pues, una sucesión de acontecimientos, sino la esencia total de un mito, encarnando físicamente aquellas nociones que no pueden ser asimiladas por medio del lenguaje verbal y conectando con el público a través de los sentidos.
Fuentes:
La escena romana (traducción de Eduardo J. Prieto) Buenos Aires. EUDEBA.
Almacén de clásicas
Historia básica del arte escénico. Cátedra, Madrid
Apuntes de historia del teatro Roberto Perinelli.
Teatro: el ámbito escénico. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina.
Algunos datos para esta entrada sobre el teatro latino han sido tomados de: Teatro y sociedad en apuntes sobre la historia del teatro occidental. tomo 1l Occidente romano por Miguel Moliné Escalona.
D’Amico, Silvio. 1961, Historia del Teatro D