Escrito por Esperanza Varo Porras
La primera guerra púnica |
El conflicto entre romanos y cartagineses por la conquista
del estrecho de Messina ubicado en la isla de Sicilia dio lugar a la primera
guerra púnica y a la expansión fuera del territorio de la península itálica por
parte de los romanos.
Vamos a comenzar con una mirada retrospectiva de los
primeros pueblos que ocuparon esta zona del sur de Europa.
LOS PRIMEROS
POBLADORES DE ITALIA
-Siglo XIII a.C.
Los latinos, Sabinos,
Umbros y Samnitas, ocupaban parte de los territorios de la península
itálica
-Siglo X a.C.
Los etruscos se situaron en el noroeste (actual Toscana). Se
organizaban en una confederación de ciudades-estado, cada una a cargo de un rey.
-Siglo IX a.C.
Los griegos ocuparon parte del sur de Italia y Sicilia. Los
navegantes de Grecia serían los primeros, entre los habitantes del
mar oriental, que visitaron las regiones itálicas. De Grecia partieron
expediciones que penetraron por un lado en el mar Negro y llegaron por otro
hasta Italia. Sería Cymea (Cumas) el
primer establecimiento griego en la península itálica, aunque pasarían
bastantes años hasta la creación definitiva de esta ciudad y las inmigraciones
en masa de griegos que inundarían las tierras continentales del sur de Italia y
Sicilia.
-Siglo VIII a.C.
Fueron los fenicios
los primeros en aventurarse a recorrer el Mediterráneo, mezclarse con las
gentes que habitaban sus tierras y en abrir todas las vías de comercio que les permitiría
moverse en todas direcciones y extenderse con increíble rapidez hasta los más
alejados puntos del Mediterráneo occidental para establecer sus colonias.
En Sicilia, los fenicios establecieron sus mercados en los
cabos e islas adyacentes para dedicarse al comercio con los indígenas.
-753 a.C. Es la
fecha considerada como la fundación de Roma.
La monarquía, forma de gobierno en ese momento en Roma, estuvo conformada por
un rey vitalicio con poder militar y religioso, un Consejo
o Senado, conformado por 300 miembros elegidos entre los jefes de las gens
(familias) más antiguas de la ciudad y la Asamblea integrada por patricios que
elegían al rey y votaban las leyes. Las dos dinastías que gobernaron durante
este período fueron la latina y la etrusca.
Cicerón, en un pasaje del tratado sobre la República, elogia
a Rómulo, el fundador de la ciudad, por haber escogido tan acertadamente el
lugar donde trazar el surco sagrado, primera imagen del recinto urbano. Ningún
otro lugar, dice Cicerón, estaba más adaptado a la función de una gran capital;
Rómulo había evitado, muy sabiamente, la tentación de establecer su ciudad a la
orilla del mar, lo que le habría dado, de momento, una fácil prosperidad, pero,
como argumenta Cicerón, las ciudades marítimas están expuestas a múltiples
peligros, de parte de piratas y de invasores venidos del mar, cuyas incursiones
son siempre repentinas y obligan a mantener una guardia incesante, además la
proximidad del mar acarrea más graves peligros.
Roma parece haber sido primeramente una especie de puesto
avanzado, una penetración hacia el oeste llevada a cabo por los latinos
establecidos en las zonas montañosas. Los colonos latinos se habrían instalado
en un lugar fuerte; habían escogido las colinas de la Roma futura, que se
elevaban en medio de un intrincado dédalo de pantanos protegidos por el Tiber,
de aguas rápidas y profundas, frecuentemente desbordadas de sus orillas. Dos de
estas colinas les parecieron particularmente propicias: el Capitolio y el
Palatino.
-Siglo V a.C.
Celtas y galos se incorporan a la colonización de Italia.
COMIENZO DE LA
REPÚBLICA Y LA CONQUISTA DE ITALIA POR PARTE DE ROMA
509 a.C.
Comienza la República romana después de un golpe de estado a Tarquino “el
Soberbio”, séptimo y último rey de Roma.
Roma se incorporó tarde al grupo de pueblos colonizadores
mediterráneos; sin embargo, incorporada a la práctica colonial desde la 2ª
mitad del siglo IV a.C., ésta le acompañó en su experiencia histórica durante
prácticamente medio milenio.
Todo territorio tomado a pueblos extranjeros quedaba
calificado como ager publicus Populi
Romani, cuyo usufructo regularon las leyes del 367 a.C. A partir de ellas
se fueron haciendo entregas individuales de tierra a privados, pero lo que tuvo
mayor trascendencia es que en muchos casos esa entrega se organizó de modo
colectivo mediante la creación de colonias. Las primeras surgieron a partir del
338 a.C.
Hasta aquí hemos realizado un recorrido muy rápido por la
historia de la colonización de la República romana en Italia hasta situarnos en
el último cuarto del siglo II a.C.
LA EXPANSIÓN DE
ROMA FUERA DE LA PENÍNSULA
Primera guerra
púnica
Todos los autores están de acuerdo en señalar que un grave
problema a la hora de dilucidar las causas últimas de la primera guerra púnica
sería el de las fuentes con las que contamos para ello. Éstas resultan, no sólo
escasas, sino muy sesgadas y partidistas, lejanas en el tiempo de los hechos
que narran. Polibio mismo comienza su
versión de la primera guerra púnica con una extensa reflexión sobre las fuentes
más próximas a los hechos que posee.
Todo comenzó en Sicilia
Como he comentado anteriormente, a partir del siglo VIII
a.C., Sicilia fue colonizada por los griegos surgiendo las primeras colonias
helénicas que fueron situadas en la parte oriental de la isla: Messina,
Taormica, Catania y Siracusa, pero no sólo los griegos pusieron sus colonias en
Sicilia, puesto que los fenicios también
se instalaron en el extremo occidental de Sicilia. El enfrentamiento entre
cartagineses (fenicios) y griegos por la conquista de la isla fue inevitable.
El primer gran enfrentamiento se produjo en el 480 a.C. Durante el siglo IV
a.C. se sucedieron las contiendas entre griegos y púnicos. En el 279 a.C. las
ciudades griegas acudieron a Pirro, rey de Épiro, con el fin de controlar a los
cartagineses, pero fracasó y el dominio de Cartago se extendió de extremo a
extremo de la isla, con la excepción de la poderosa Siracusa. Roma, por su
parte, ya había completado su dominio sobre la península itálica y tenía
conciencia de que la distancia con la isla, en ese momento controlado por los
cartagineses, y sus territorios era de pocos kilómetros y eso los inquietaba.
Los romanos consideraban, con razón, que si los cartagineses
se apoderaban de Sicilia, les resultarían unos vecinos bastante incómodos, pues
ejercerían presión sobre muchas regiones de Italia. Especialmente importante
era el control del estrecho de Messina, pues por su proximidad con la península
era especialmente estratégico para los romanos. Sin embargo existía otra
poderosa razón de índole económica y es que Sicilia tenía gran riqueza agrícola
por lo que era especialmente deseada.
La excusa para la contienda fue la disputa por el control
del mencionado estrecho de Messina. El desencadenante estuvo relacionado con los
mamertinos. Estos eran mercenarios
originarios de la región italiana de Campania, contratados por Agatocles, tirano de Siracusa. Cuando Agatocles murió, muchos de ellos no
volvieron a Italia y permanecieron ociosos en Sicilia. Los mamertinos, tal y
como nos describe Polibio, se
enfrentaron entre ellos y unos buscaron refugio entre los cartagineses y otros solicitaron
ayuda a los romanos, fundamentándose en que eran hermanos de raza.
En el 264 a.C. cuando el cónsul romano llegó a Sicilia se
encontró con el siguiente panorama: los mamertinos, amigos de los romanos,
habían conseguido expulsar a los cartagineses de la ciudadela, los cartagineses
habían llevado a cabo un bloqueo a la ciudad por tierra y mar y el tirano de
Siracusa, Hieron se alió con los cartagineses.
Ante esta situación, en el 263 a.C. Roma envió a dos
cónsules con un gran ejército. Ante este despliegue, Siracusa se apresuró a
firmar un pacto de amistad con los romanos, de esta forma ya sólo quedaban
romanos y cartagineses enfrentados. Pasados varios meses, los disciplinados
legionarios romanos se alzaron con la victoria, cayendo sobre la ciudad y
saqueándola en el año 262 a.C.
Polibio nos sigue
explicando lo que ocurrió después con estas palabras: «Las aspiraciones de los
romanos fueron a más, y ya no se limitaron a lo que al principio habían
calculado. No les pareció suficiente haber salvado a los mamertinos y el
provecho que habían extraído de esta guerra, sino que tenían la esperanza de
ser capaces de arrojar por completo a los cartagineses de Sicilia. De esta
forma fueron teniendo batallas en mar y en tierra que unas veces de inclinaban
hacia uno u otro bando sin llegar a acuerdo alguno. »
Los cartagineses pusieron sus fuerzas al mando de Amilcar Barca, pero después de que la
flota romana consiguiera derrotar a la escuadra cartaginesa en las islas Égates en el 241 a.C., Amilcar negoció
un tratado de paz con los romanos, mediante el cual, los cartagineses se
comprometían a retirarse de Sicilia. Sicilia se convirtió de esta forma en la
primera provincia del futuro Imperio romano.
BIBLIOGRAFÍA:
-Historia Universal-Polibio
-Historia Antigua II El mundo clásico. Historia de roma Pilar
Fernández Uriel
-Fundación de colonias y expansión territorial de Roma
-Urbano Espinosa Ruiz.
-Historia de Roma Theodor Mommse
-Antecedentes de la primera guerra púnica Jaime Gómez de caso Zuriaga