Escrito por Federico Romero Diaz
Las publicaciones
que hablan de las vestales en concreto, de quienes eran, de cómo pensaban, de
que les pasó, de porqué hemos conocido tan pocos nombres de estas sacerdotisas
a lo largo de la historia, son muy escasas y me ha parecido una estupenda idea
hacer un listado de las vestales más conocidas de la historia romana, desde sus
orígenes hasta el final. Sorprendentemente no son muchos los nombres que han
sobrevivido al paso de los siglos.
Los textos escritos
sobre las vírgenes vestales son muy numerosos, y en algunos casos excelentes.
El objetivo de este artículo, dada la abundancia de información, no es de
darlas a conocer como institución, sino como personas. No obstante, vamos a
hacer algunas consideraciones generales sobre ellas a modo de introducción.
Estaban consagradas a la diosa Vesta y pasaron
de ser dos en los primeros tiempos (aunque de eso no hay certeza) a ser ya
cuatro en tiempos de Plutarco y seis en sus últimas etapas. Estaban
consideradas fundamentales para la continuidad y la seguridad de Roma. Debían
ser vírgenes, de buena familia y hermosas. Eran seleccionadas por el Pontífice
Máximo a la edad de seis a diez años. Entre sus labores destacaban la de cuidar
del fuego sagrado de Vesta que siempre debía permanecer encendido. Debían
permanecer vírgenes y participar en los ritos religiosos, a los que su
privilegiada posición social les
obligaba, como la elaboración de la mola
salsa que se usaba en los sacrificios estatales. Su servicio duraba treinta
años, los primeros diez se dedicaban al aprendizaje, los siguientes diez al
servicio religioso y los últimos a la formación de las nuevas vestales. Después
eran libres de volver a la normalidad o permanecer célibes en el templo que era
la opción más frecuentemente elegida.
Las vestales
gozaban de numerosos privilegios que el resto de las romanas no disfrutaban. De
entre esas ventajas destacaba la capacidad de tener patrimonio propio sin
tutor, lugar preeminente en las ceremonias y espectáculos públicos,
inviolabilidad de su persona, etc.
El perder la
virginidad era considerado el delito más grave que podía cometer una vestal ya
que ponía en peligro la continuidad de Roma. Esa falta era más grave incluso
que dejar que se apagara la llama sagrada. Como la vestal era considerada hija de
Roma, cualquier relación sexual que mantuviera
era considerada incesto.
Grabado del siglo XIX. Muerte de la Vestal Máxima Cornelia |
La pena prevista para la vestal que tuviera
relaciones sexuales era la de ser enterrada en vida, mientras que su amante era
muerto a latigazos. A lo largo de la larga travesía de la historia de Roma no
fueron muchas las vestales juzgadas por ese delito. Poco sabemos de ellas pero
vamos a hacernos eco de sus nombres.
JUZGADAS POR ROMPER SUS VOTOS O VIOLADAS
POR ALGÚN EMPERADOR
MONARQUÍA Y REPÚBLICA
Pinaria: es la primera
vestal conocida condenada a muerte. Su condena se produjo según Dion Casio (Hal
III, 67, 2) durante el reinado de Tarquinio Prisco (ca. 616-579 a.C) a quien se
le atribuye la norma de enterrar vivas a las vestales impuras. La muerte y
existencia de Pinaria se pone en duda y algunos autores toman su historia más
como una leyenda que como una realidad.
Oppia: 483 a.C. (Tito Livio II, 42, 10) (Dion Casio
(Hal. 89,3-5). Su condena coincide con un momento de grave crisis en la guerra
que Roma mantenía con la vecina ciudad etrusca de Veyes y la rebelión de los
volsgos. En su caso no fue el pontificex
máximus el que castigó al culpable, sino el resto de pontífices.
Urbinia: 471 a.C. (Díon
Casio (Hal., 40, 1-4). Según las acusaciones mantenía relaciones con dos
hombres distintos. Uno se suicidó antes de ser castigado, pero el otro sí que
fue ejecutado mediante el látigo. Ella, según Dionisio de Halicarnaso, fue
condenada a ser azotada con varas hasta la muerte en el 472 a. C. Según este
historiador era el castigo primigenio que se aplicaba a las vestales impuras.
Vestales saliendo del Templo. Louis Hector Lerroux |
Minucia: fue denunciada por
un esclavo que certificó el incestum.
Al parecer su condena estuvo vinculada al lujo de su vestimenta y a su forma de
vida. También fue declarada culpable y condenada a ser enterrada viva en el 337
a.C (Tito Livio VIII, 15, 7Sss; 10).
Su condena coincidió con una terrible epidemia en la ciudad de Roma.
Sextilia: 273 a.C. (Tito Livio Ep. 14). Condenada a
muerte y enterrada viva. Desconocemos su origen. Dos años antes Roma había
sufrido una terrible epidemia.
Caparonia: 271 a.C. (Oros. IV,
5, 9) Condenada a muerte optó por suicidarse ahorcándose. Su muerte coincidió
con una epidemia.
Tuccia: 233 a.C. Es un
personaje a caballo entre el mito y la realidad. Acusada de no mantener su
virginidad, probó el favor de los dioses usando un colador para llevar agua del
Tíber, sin que el líquido llegara a caer a través del tamiz.
"Oh Vesta, si
siempre he traído las manos puras a vuestros servicios secretos, haced ahora
que con este tamiz sea capaz de extraer agua del Tíber y traerla a vuestro
templo" (la virgen vestal Tuccia Valerio Máximo 8.1.5).
Tuccia probó así su
inocencia y evitó la condena.
Opimia y Floronia: 216 a.C. Según Tito Livio fueron juzgadas durante la Segunda Guerra Púnica, tras
la derrota de Cannas, en el 216 a.C. La primera fue condenada a muerte y
enterrada en la viva, en la puerta Collina. Floronia acusada de mantener
relaciones con el secretario del pontificex
decidió darse muerte y evitar así el destino de su compañera. Se llegó a enviar
una delegación a Delfos encabezada por Fabio Víctor para consultar con el
oráculo qué medidas adoptar. Los decemviros
decidieron consultar los libros sibilinos y entre otras medidas optaron por
enterrar vivos a un hombre y a una mujer galos y a otra pareja de griegos en el
Foro Boario.
Emilia, Licinia y Marcia: año 114 a.C. Son los turbulentos años de las luchas sociales encabezadas por los Graco.
Es el momento en el que se ha producido una importante derrota militar: la
destrucción del ejército de Catón en Tracia, que amedrentó a una aristocracia y
a un pueblo muy poco acostumbrado, en ese momento histórico, a las derrotas. A
todo ello debemos añadir la muerte de la hija virgen de un caballero romano a
causa de un rayo que, además de matarla, rasgó sus vestidos dejando a la vista
su desnudez. La explicación entre los “supersticiosos” romanos solo podía venir
de la falta de favor de los dioses a causa de la falta de celo de las vestales.
Acusadas de incesto solo Emilia fue condenada inicialmente pero, según Dion
Casio y Plutarco, tras algunas maniobras políticas el juicio fue repetido y
Licinia y Marcia también fueron condenadas a ser enterradas vivas. Es la
primera ocasión en la que consta que el poder civil interviene directamente en
un asunto de este tipo. El Senado mediante un decreto erigió una estatua a
Venus Verticordia conocida por su capacidad para cambiar los corazones de la
lujuria a la castidad
Peter Ustinov. Representando a Nerón en una escena de Quo Vadis |
Fabia: 73 a.C- era hermanastra
de Terencia, esposa de Cicerón. Comenzó
en la orden en el 80 a.C. La acusación fue de incesto con Catilina. Fue
absuelta ya que el episodio parece ser una estrategia propia del siglo I a.C
cuando se utilizaba la religión en la esfera de lo político. Sabemos que la
sacerdotisa aún vivía en el 58 a. C. cuando Terencia se refugió en la Casa de
las Vestales durante el exilio de Cicerón.
Licinia: 73 a.C. al igual que Fabia,
estamos ante un juicio político, acusada de incestum
con Craso, fue absuelta. Su relación era puramente económica ya que Craso
perseguía comprar a Licinia una casa a las afueras de Roma a bajo precio.
ÉPOCA IMPERIAL
Rubria: (Gobierno de Nerón)
fue violada por el emperador Nerón. Pertenecía a la familia del cónsul,
Rubrio Galo. No hay más información con respecto a lo que pudo pasarla después.
Varronila y las hermanas Oculatas, 82-83 d.C. y Cornelia 89 d.C). A las tres primeras se les permitió
escoger la muerte que quisieran,
limitándose a desterrar a sus supuestos amantes. Esta manera de resolver el
asunto no tenía nada que ver con la antigua manera de solucionar estos delitos.
Sin embargo el Emperador ordenó que la vestal máxima Cornelia fuera enterrada
viva, a la antigua usanza, en Porta Collina y sus cómplices fueron azotados con
varas hasta la muerte en el Comicio.
Julia Aquilia Severa: 220-221 d.C. Fue otra
vestal violada por un emperador, en este caso Heliogábalo. No fue juzgada por
él sino que se casó con ella para engendrar hijos dignos de un dios, idea
totalmente contraria a las ideas religiosas de los romanos y a la institución
de las vestales.
En plena crisis del
siglo III Aurelia Severa fue
condenada por Caracalla, es curioso
el dato de que esta vestal, al permitírsele tener patrimonio propio se había
dedicado a la fabricación de cañerías de plomo. Clodia Laeta (violada por Caracalla), Pomponia Rufina y Cannutia Crescentina recibirán su condena por
haber perdido su virginidad. Las tres primeras fueron enterradas vivas,
mientras que Cannutia se suicidó antes (Dión Casio LXXVII; 16)
OTRAS VESTALES CONOCIDAS
Rhea Silvia: es la mítica madre
de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo.
Aemilia: otra vestal
legendaria de la que nos cuenta Dionisio de Halicarnaso (Libro II, 68, 3) que
cuando se apagó el fuego sagrado pidió ayuda a Vesta y lo reavivó
milagrosamente arrojando un pedazo de su manto sobre las brasas apagadas.
Tarpeya: Cuenta la leyenda
que, mientras Roma estaba asediada por el rey sabino Tito Tacio, Tarpeya, hija
del comandante de la ciudadela,
Espurio Tarpeyo, se acercó al campo sabino y les ofreció entrar a cambio de “lo
que llevaban en su brazo izquierdo”. Quería el oro de los brazaletes de sus
enemigos. En lugar de eso, los sabinos le lanzaron encima los escudos que
portaban también en su brazo izquierdo, siendo así aplastada por el peso de
todos ellos juntos. Su cuerpo fue a continuación lanzado desde la roca que a
partir de ese momento se llamará Tarpeya y que se convertirá en el lugar donde
eran ejecutados los traidores más notorios de la historia romana.
Muerte de Tarpeya. Bartolomeo Pinelli (1781 - 1835) |
Claudia: era hija de Apio
Claudio Pulcher, cónsul en el 143 a.C. Durante el triunfo de su padre caminó a
su lado para rechazar el intento de un tribuno de la plebe de vetar su triunfo.
Arruntia, Perpennia y Popilia: vestales que
asistieron a la ceremonia de nombramiento de Lucio Cornelio Léntulo Níger como
Flamen Martialis en el 69 a.C.
Occia: fue vestal entre
el 38 a. C al 19 d.C
Máxima Coelia Concordia: fue la
última vestal. En el 394, Teodosio disolvió definitivamente las vestales. Ella
que era la Vestal Máxima, dimitió como máxima autoridad antes de ser depuesta
de su cargo, convirtiéndose algunos años después al cristianismo, religión
oficial del Imperio. La misión de salvaguardar el fuego eterno había terminado,
y con ella la misión de las vestales.
A título de
curiosidad debemos señalar que también hubo vestales fuera de la ciudad de Roma.
Nos consta la existencia de Manlia
Severa como Vestal Máxima de la ciudad de Bovillae de donde también es Primigenia una vestal mencionada por Símaco
en dos de sus cartas, Caecilia Philete Virgen Vestal Máxima en
Laurentum, Cossinia una vestal de
Tibur.
Rendimos el tributo
de nuestra memoria a estas vestales que en muchos aspectos fueron un modelo
para las mujeres de siglos posteriores que quisieron retratarse como vestales
para emular así el modelo de virtud que estas representaron.
No obstante no solo fueron un modelo
de virtud en una época de total dominio masculino de la sociedad, fueron
ejemplos vivos de una mujer podía prosperar en los negocios, tener propiedades
y de que no era necesario estar sometida a la tutela de un hombre. Tal vez por
eso pagaron en algunas ocasiones con su vida ser la viva imagen de una libertad
que les era negada al resto de las mujeres.
Bibliografía
Montalbán Carmona, Castidad
o castigo. El estupro de las vestales. Universidad de Murcia (Revista Panta
Rei, 2016)
Martinez López, C.
—Virginidad-fecundidad: en torno al suplicio de las vestales. Universidad de Granada.
Gruen, E. —Roman Politics and Criminal courts (Harvard: University
Press, 1971)
Baring, A. y Cashford, J. (2005). El mito de la diosa. Evolución de una imagen. Madrid: Siruela.