dissabte, 23 de maig del 2020

LA ORGANIZACIÓN ARTESANAL



Escrito por Ana Santomé Estévez




Cuando hablamos de los artesanos en el mundo antiguo, debemos tener claro que los conceptos de artesanías y todos los valores relacionados con ellos no son los mismos que en la actualidad. En general, muchas de las actividades que hoy incluiríamos en otro tipo de trabajo, como en la industria, se consideraron actividades artesanales, como es el caso de la minería.

Por otro lado, dedicarse a la artesanía no fue bien recibido. Ya los griegos, como general en la antigüedad, despreciaba el trabajo manual y, aunque algunos autores diferían, esta opinión era generalizada en las élites, que son precisamente las que nos transmiten las descripciones del pasado. De esta manera, no debería parecernos extraño que los literatos y los filósofos nos contagien sus prejuicios, pero no deberíamos extender este punto de vista a toda la sociedad, porque no tenemos las opiniones de las partes interesadas, los artesanos y la sociedad en general.

El caso romano no es muy diferente, sigue la línea de desprecio de las actividades manuales pero, curiosamente, hubo muchos romanos que apreciaron lo suficiente la artesanía griega. El descubrimiento de esto hizo que muchos nobles no dudaron en rodearse de estos profesionales griegos, como hizo Escipión. Paradójicamente, mientras el trabajo artesanal era menospreciado, los artesanos griegos, como hemos dicho, iban aumentando en Roma y, con su llegada, la elaboración de mosaicos, relieves, pinturas, joyas, etc. Con el tiempo, la artesanía mejoró su prensa con la introducción del cristianismo que tiene importantes personages como Jesucristo con origen artesano.

Algunos de los oficios incluidos en la artesanía hoy los consideraríamos como una profesión artística. En el mundo antiguo, por otro lado, no sucedió así y una buena prueba de esto fue su carácter anónimo. Incluso sus creadores fueron generalmente libertos y esclavos, lo que ya habla del poco prestigio de estas labores en su época.
  

La organización dentro del taller artesanal

Es difícil establecer una organización estándar de la artesanía, ya que estamos hablando de muchos oficios y cada uno puede ser muy diferente. Además, los propios talleres pueden diferir en tamaño y, por lo tanto, también en sus integrantes. En líneas generales podemos decir que estaban formados por un patrón y sus esclavos o libertos y asalariados. En muchos casos, estos patrones también podían ser libertos o esclavos de un romano rico que, para no luxarse sus manos con estos oficios, delegaba el control del taller en otro persosa, percibiendo igualmente los beneficios. En el caso de la minería, muchos de los esclavos utilizados eran delincuentes y tenían condiciones de trabajo muy dolorosas de forma que vivían poco tiempo. Debido a este hecho, algunos autores pensaron que no era un negocio demasiado rentable porque la mano de obra no era duradera.

El taller estaba a veces dentro del dominio de una familia aristocrática, en el contexto de una economía autárquica. En otros momentos, los talleres eran independientes y también, posiblemente, había grupos de artesanos que no tenían un lugar fijo de trabajo pero que iban a aquellos lugares donde los necesitarían, por esto no es fácil encontrar restos arqueológicos de esta tipología. En el caso de la minería, los pequeños talleres que se dedicaba a ella estaban bajo el poder del emperador.

El trabajo infantil y femenino no estaba excluido de la vida artesanal e incluso en algunas actividades tan duras como en las minas contaron con la presencia de esta fuerza laboral, aunque se dedicaron a otras tareas distintas a las realizadas por los hombres. Las manualidades no serían una artesanía que permitiera acumular grandes sumas de dinero, de hecho sería una profesión bastante modesta. Sin embargo, dependiendo de la especialización del artesano y la calidad de sus obras, podría haber ciertas figuras que destacaron.

Al mismo tiempo, la naturaleza anónima de las obras, con pocas firmas y marcas, hace que sea casi imposible tratar de diferenciar algunos talleres de otros. Además, las creaciones eran tan similares entre sí, junto con el hecho de que los trabajadores se podían intercambiar, da como resultado esta dificultad de identificación. Debido a la similitud entre las obras, se cree que algunos grupos como los pintores pudieron trabajar a través de la representación de modelos incorporados en un catálogo. La distribución de los motivos y el acabado final serían del gusto del artesano o del cliente.
  

Como ejemplo de organización veremos el caso de los artesanos dedicados a la pintura. Incluso en el siglo I d.C se observa una notable cantidad de pictores de origen griego. Esto podría ser así o tratarse de una artimaña para darse más estatus, por lo solicitados que estaban los helenos. No es muy común encontrar referencias a los pictores ya que estos estaban muy especializados y recibían el nombre de su tipo de trabajo; es decir, el quadrigularius, por ejemplo, sería el dedicado a la pintura de las cuadrigas, mientras que el pictor scaenarius sería el que hiciera lo propio con los decorados teatrales. A parte de estar especializados no se encargaban de todo el proceso de pintado. Normalmente había un encargado para preparar los enyesados, otros pintaban propiamnete, etc. Por lo tanto, el taller está compuesto por el patrón y todos aquellos trabajadores que prepararon el escenario para las diferentes fases del proceso.


La artesanía vista por la arqueología

Ciertas marcas en las cerámicas nos brindan información a cerca del mundo que rodea su fabricación. A veces se alude a un persona mediante el uso de dos nombres  de la tria nomina o su cognomen o el lugar de fabricación. Existen estudios que relacionan ciertos tipos de cerámica con un tipo de trabajo; así, la cerámica campaniense o italogriega, por ejemplo, predominará en el trabajo libre. Otras evidencias cerámicas contienen varios nombres que se refieren a las personas que contribuyeron en diferentes fases del trabajo: las cerámicas como la sigilata nos muestrans como cada persona que intervenía en el proceso tenía una forma diferente de dejar en su señal. Por lo general, nos estamos refiriendo a los recipientes, pero otros productos, como las losas o ladrillos también aparecen.





Asociacionismo entre artesanos: el collegium

Los collegia son importantes en la sociedad y en ellos se integran aquellas personas de estatus medio y a través  integradas y a través de los cuales pueden mejorar su situación y prosperar. El requisito que deben cumplir es dedicarse a la misma actividad laboral que el resto de los miembros. La mayoría de ellos son libertos o bien hijos de libertos ya que daban la posibilidad de tener reconocimiento social e incluso acabar en un puesto en el gobierno local. Además de esto había otros alicientes como poder tener asistencia mutua, un funeral, una tumba o poder participar en los banquetes. Los esclavos también podían tener acceso a los collegia pero siempre y cuando contasen con autorización de su amo. Normalmente las actividades artesanales aparecían centradas en barrios y allí mismo, entre las tabernae también se encontraba la sede de las corporaciones. No era habitual que hubiera más de una por municipio, excepto en aquellos núcleos con una alta población

No parecen claros cuáles fueron los orígenes de esta institución, ya que existen opiniones divergentes entre los autores de clásicos, pero parece que en su creación se remonta a los tiempos de la monarquía. De acuerdo con Plutarco y Plinio el Viejo su responsable sería Numa Pompilio, creando ocho collegia, sin embargo Floro afirma que fue Servio Tullio. También hay quién dice que su origen está en las asociaciones religiosas locales que luego se transformarían en asociaciones laborales.

Estas asociaciones también tienen un significado religioso que, de hecho, es esencial para su existencia y que generalmente estaba vinculado a una divinidad similar a las actividades artesanales. Había tres collegia que se destacaban con respecto a los demás y entre ellos estaban la de los fabri, o artesanos. Estos tienen como divinidad a Minerva. Este colegio no solo incluía a los artesanos en su sentido actual, sino que también formaban parte de él, estas personas se dedicaron al trabajo de construcción (edificios, trabajo con ciertos metales ...) Posiblemente, en los centros urbanos menos importantes que Roma estos fabri estarían integradas por menos cantidad de artesanos que en la capital.

Según nos indica el Digesto los collegia seguían una organización interna que imitaba el propio estado. En ocasiones, podían aceptar como socios a personas que no compartían la misma profesión, pero dependiendo de la época este podría disfrutar o no de cierta inmunidad.

Las magistraturas en todas los colegios son anuales y reelectivas. La figura del patrón era quién dotaba a la asociación de prestigio y era importante que fuese rico e influyentes si quería que esto tuviera un impacto en la situación del colegio. El patrón podría hacer donaciones de dinero o incluso de edificios a la asociación, mientras que este podía recibir del collegium apoyo político en su carrera.

Los collegia también fueron beneficiosos para el estado en sí, ya que debían contribuir con la annona. Además, de acuerdo con la especialidad de cada asociación profesional, se debía proporcionar mano de obra en ciertos asuntos, como la construcción de un edificio público, el suministro de materias primas, etc. Colaborar de esta manera con el estado implicaba privilegios para la asociación y sus miembros que realmente llevaron a cabo la actividad. En los collegia también había lugar para la picaresca y ciertas personas trataron de ser parte de ellos, sin tener el derecho, para poder aprovecharse de los privilegios que estos otorgaban.

La financiación provino de varias fuentes: donaciones, herencias, rentas, cuotas de los asociados, etc. A veces, alguien dotaba de una renta a un collegia y determinaba que debía hacerse con ella. A la muerte de esta persona, para controlar que se cumpla lo establecido había otros collegia paralelos que vigilaban que se actuase correctamente con el dinero y con las funciones de los collegia.

En resumen, el mundo artesanal era muy complejo, quizás más que hoy debido a la gran cantidad de profesiones diferentes que abarcaba, y tuvo que recurrir a figuras organizativas para desenvolverse. La organización del propio taller no será muy diferente de la de será en tiempos posteriores y la creación de los collegia tampoco, pero destaca en su precocidad y preocupación por obtener una serie de ventajas y ayudas para la vida cotidiana de sus miembros.



  
Fuentes:


·      BLÁZQUEZ, J., M., Artistas y artesanos en la Antigüedad clásica , Museo Nacional de Arte  romano, Mérida, 1994.

·      BLÁZQUEZ, J., M., artesanado y comercio durant el Alto Imperio, Akal, Madrid, 1990.

·      DIOSONO, F, Collegia: le associazioni profesional nel mondo romano , Quasar, Roma, 2007.